Por las cámaras de combustión de un motor en marcha circulan tres tipos de fluidos: Combustible, aceite y aire.
Todos los fluidos que circulan por el interior de un vehículo deben estar limpios de partículas para asegurar la fiabilidad del motor. Con el fin de obtener dicha limpieza se utilizan los filtros de combustible, aceite y aire respectivamente.
Por otra parte hay un cuarto filtro en los vehículos actuales: el filtro de habitáculo que garantiza la calidad del aire que respiran los ocupantes en el interior del coche.
A medida que pasa el tiempo y los kilómetros, los filtros se van atascando con las impurezas que van reteniendo. Pasado un tiempo de funcionamiento, es necesario sustituirlos para que la duración del motor y la calidad del aire que se respira sea óptimo.